Oregones para foranos

Ha llegado a mis manos la segunda edición del libro escrito por José Videgaín, en base al programa de Oregón Televisión del catalán amadrileñado Javier Coronas.
Lo he empezado a leer y me dan ganas de vomitar. Es asquerosa la utilización burlesca que se hace de una manera de hablar de las gentes de Zaragoza o incluso del valle medio del Ebro, como si eso fuese el idioma aragonés, del cual algunas palabras y expresiones se utilizan en esa zona geográfica, mezclando el «paha pues» de la ribera con el «a caramullo» del aragonés, por ejemplo.
Me gustaría saber la opinión de aquellos estudiosos y personas interesadas en la auténtica lengua aragonesa que intentan desde hace años ganarse el respeto de una sociedad abaturrada.
Conozco a una persona superespañola pepera que le encanta esto del oregonés. Por algo será. También a los del PSOE les encanta, también supongo que a los del PAR y hasta a los de la Chunta. Verguenza de personas.
Y que no me vengan con la monserga que hay que reirse de nosotros mismos. Llevamos años haciéndolo. Es hora de reirse de los demás. ¿De quién? Los vascos hace tiempo que dejaron de levantar piedras. Los catalanes son respetados por su carácter emprendedor. Los gallegos siguen comiendo «polvo» y no pasa nada, porque hasta los del PPdeG saben que es pulpo. Los madrilelos con su ejque asqueroso controlan el poder fáctico y mediático español.
En Aragón no ha evolucionado el humor. Hemos pasado del humor baturro de Marianico el corto del siglo XX al de estos en el XXI.
Puedo decir que el oregonés es una burla racista a los que amamos la lengua aragonesa. Nadie en esta bendita y alabada tierra debería de jugar con los sentimientos de algunas personas. Llámenlo baturrés, mañés, cachirulés o ebrés, pero no oregonés, no mezclen las cosas, hijos de la gran puta.

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