El aragonesismo está huérfano de líderes

El último y único en esta democracia ha sido el gran Labordeta. Es cierto, que no era nacionalista aragonés pero si que daba una visión de un aragonesismo social integrador. Su figura se fue y con ella esa integración de las gentes del aragonesismo que hacía confluir gentes de diversos aspectos ideológicos, desde la izquierda federalista hasta los soberanistas, pasando por regionalistas de centro.
Desde su muerte, el aragonesismo está totalmente huérfano. No hay nadie con talante suficiente como para liderar el aragonesismo.
Cuando hablo de líderes, me refiero a personajes públicos que sean capaces de hacer un discurso de la importancia de la reivindicación de la identidad aragonesa para su desarrollo social. Por ejemplo, Pep Guardiola con el catalanismo.
Por otra parte reflexiono si la máxima aspiración aragonesista a la que podemos aspirar es a una ideológica de perfil bajo como la del Gran Labordeta.

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